martes, 20 de noviembre de 2012

Rascacielos de Pierrer Cardin (Venecia)


VENECIA, Italia, a los 90 años, sin hijos ni heredero señalado, el legendario diseñador de moda francés Pierre Cardin quiere destinar toda su fortuna a un último proyecto: plantar una torre de más de 250 metros en la laguna que encierra el centro histórico de la ciudad de los canales.
Cardin afirma que nada lo entusiasma tanto como el plan de construir el edificio que tiene un costo de 1.500 millones de euros (US$1.930 millones). La estructura trascendería su vida y eclipsaría el principal campanario de Venecia como el faro de la laguna.
Cardin, que nació cerca a Venecia, se mudó a una ciudad provincial francesa con sus padres cuando tenía dos años. Al inicio de su carrera se abrió camino en París, fue pionero al llevar la alta costura a las masas y pasó tiempo en China durante la Guerra Fría.

Muchos venecianos están horrorizados y afirman que el rascacielos, una pila de seis discos horizontales insertados en medio de tres pilares ondulados con apartamentos, hoteles y oficinas, simplemente arruinaría Venecia tanto para los locales como para los 22 millones de turistas que la visitan cada año.
"El proyecto, la ubicación, todo es la cosa más estúpida que uno se pueda imaginar", afirmó Vittorio Gregotti, el último arquitecto que fue autorizado a construir viviendas nuevas visibles desde la parte histórica de Venecia, en los años 80. "Si Cardin necesita un mausoleo con tanta urgencia, estoy seguro que podemos encontrar un alcalde de buen corazón en algún lado que le construya una estatua con caballo en una plaza".
Otro arquitecto veneciano, Cristiano Gasparetto, intenta formar una coalición internacional contra el plan de Cardin al pedir el apoyo de la Unesco. La agencia de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura incluye desde 1987 a Venecia en su lista de Patrimonios de la Humanidad, un registro de sitios que merecen protección internacional.
En la oficina central de la Unesco en París, el pedido de Gasparetto encontró eco. El encargado de cultura, Francesco Bandarin, es oriundo de Venecia. "¿Qué tiene que ver una nave espacial gigante con Venecia?", sostuvo Bandarin.


El funcionario afirmó que escribió una carta al Ministerio de Cultura de Italia pidiendo más información sobre el proyecto. Si la torre se construye, indicó, la ciudad podría ser sacada de la lista de Patrimonios de la Humanidad. Un diplomático italiano en París confirmó que la carta fue recibida por el Ministerio de Cultura en Roma, y que será respondida.

Las partes invisibles del edificio propuesto, sus profundas bases, también son una preocupación. Los venecianos temen que los pilares subterráneos atraviesen el acuífero y rompan el delicado balance que mantiene a flote la ciudad, aumentando la frecuencia de mareas que sumergen la ciudad histórica durante la temporada de invierno, un fenómeno conocido como aguas altas.

En su oficina de París con vista al Palacio del Elíseo, Cardin afirma que no tiene tiempo de lidiar con los detractores de su proyecto, llamado Palais Lumière, o Palacio de la Luz.

El diseñador tiene personas que lo respaldan y afirma que la construcción podría comenzar el año próximo.

Venecia está sumida en los mismos problemas económicos que el resto de Italia. Algunos políticos locales afirman que es difícil rechazar a Cardin y un proyecto de construcción que ayudaría a generar hasta 5.000 empleos. Parte del terreno donde se construiría la torre es propiedad de la municipalidad.

"Vender esa tierra a Cardin nos conviene", sostuvo el alcalde de Venecia, Giorgio Orsoni.
La transacción podría significar un ingreso de hasta 30 millones de euros para las arcas de la ciudad, y los impuestos al desarrollo urbano podrían alcanzar los 80 millones de euros, según funcionarios municipales.




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